El Falso Empoderamiento Femenino: Una Trampa del Maligno


 
La moderna ideología del "empoderamiento femenino", lejos de ser una liberación auténtica, se presenta como una sutil estratagema del maligno (sí, satanás), una perversión de la verdadera dignidad femenina. No es novedad que la serpiente antigua utilice a las mujeres para conquistar sus objetivos: Eva fue la primera engañada por ella. 

Hoy en día, se habla de que Eva no fue la primer mujer, gracias a escritos herejes que aseveran que el origen se remonta a tiempos primigenios, mediante la leyenda de Lilith, una figura que, según ciertas interpretaciones, precedió a Eva. Esta narrativa, cargada de simbolismo diabólico, fue instrumentalizada por el enemigo para introducir la idea de la independencia femenina como una forma de rebeldía contra el orden divino, una ruptura con la armonía establecida por el Dios de los ejércitos: Yahvé. Como satanás pudo con Eva, sabe cuál es el género más débil, (no hablo de fuerza física, sino de la mental y moral), por eso las usado de nuevo para generar este tipo de atrocidades.




La Biblia, define el rol de la esposa dentro del sacramento del matrimonio como un llamado a la complementariedad, a la unión armoniosa entre el hombre y la mujer. La mujer, en su dignidad intrínseca, es llamada a ser colaboradora del hombre, a ser su compañera en la construcción de una familia unida y en la edificación del Reino de Dios. 




Esta complementariedad, lejos de ser una subordinación, es una expresión de la mutua dependencia y del amor recíproco, una danza armoniosa en la que cada uno aporta su singularidad para lograr una unidad superior. Aquella mujer que se siente inferior por pensar en que fue extraída de la costilla del hombre, sí es inferior, pero por sus ideas torpes y que solo pueden evocar de seres traumados y muy acomplejados. Sin embargo, la corriente feminista moderna, en su radicalismo, ha pervertido este concepto, transformándolo en una lucha de poder, en un enfrentamiento entre los sexos. La hostilidad hacia los hombres, la búsqueda de la supremacía y la destrucción del orden familiar, son síntomas claros de una ideología que se aleja de la verdad divina esa que Yahvé estableció a través de la Sagrada Familia, y se entrega a la discordia y a la autodestrucción. Ya saben, satanás utiliza 99 verdades y una mentira; pero esa única mentira, es la que lleva al infierno.



No niego que esta nueva perspectiva empodera a la mujer, empero no en su verdadera dignidad, sino en su capacidad de rebeldía (una que no parece provenir de personas racionales), en su potencial destructivo.
 
La mujer, en su auténtica feminidad, no necesita de este falso empoderamiento. Su verdadera fuerza reside en su capacidad de amar, de ser madre, de ser esposa, de ser colaboradora en la construcción de un mundo más justo y humano. No es necesario el borlote, la confrontación, la rebeldía ciega, el libertinaje para ser mujer. La verdadera liberación femenina se encuentra en la entrega a Dios, en la aceptación de su plan para la humanidad, en la construcción de una vida plena y significativa en armonía con la voluntad de Yahvé. En la humildad, en la entrega, en la búsqueda de la santidad, radica la verdadera grandeza de la mujer. Quienes consideran lo contrario, es porque aman el pecado y siempre han sido infelices, y desde ahí su deseo para que los demás también lo sean.





¿Cómo saber que esto del empoderamiento es una trampa maligna?

Primero, tenemos que desde las mentes ya perturbadas y al punto de pasar por acéfalas, tenemos que creen que su cuerpo pertenece a ellas mismas y no, pertenece a Dios (y templo del Espíritu Santo). Segundo, son capaces de asesinar a los bebés desde los vientres, cuando solo Dios tiene ese derecho y esa decisión; solo para poder seguir siendo hetairas de satanás (que es lo que se es cuando el libertinaje y la lujuria conducen a la mujer). Tercero, no desean tener igualdad de derechos, es notable que buscan estar sobre la imagen del hombre. Pretenden ser mejores que ellos y sinceramente, las mujeres jamás nos vamos a igualar ni en sentimientos ni mucho menos en fuerza física, por ejemplo. Cuarto, destruyen iglesias, creen que así ya no va existir Dios, supongo; ya que si de verdad no creyeran en él, ni siquiera lo mirarían ni les molestaría. Podríamos continuar enumerando una lista casi infinita, pero les dejo solo esos ejemplos.




Los seres humanos, en su mayoría, olvidan que... no porque nieguen a Dios o no crean en él, Dios va a dejar de existir. Cuando estén atormentados por sus malas decisiones, sabrán que es Dios que desde su piedad está tratando de salvarte y de decirte que aún tienes la posibilidad de redimirte si así lo deseas. Será su oportunidad, pero eso sí, Dios  no se ajusta a lo que el humano desea. Es decir, los humanos debemos ajustarnos a las Leyes de Dios y no al revés, lo que pasa es que al ateísmo se da en la sociedad por problemas psicológicos para con la figura paterna, al igual que el feminismo, no por nada van contra el "patriarcado". Además de que también el ateísmo tiene su auge desde el fondo del deseo de la permisividad, o sea, desean que forzosamente la iglesia cambien las leyes y digan que sí se puede ser hetaira, que sí se puede asesinar a un bebé, que sí se puede ser absurdo e irracional, etcétera.  Pero nada impuro entrará al cielo, ahora dirán que les da igual, pero no es en este momento cuando importa su opinión, sino hasta que experimenten lo que es un tormento del infierno. Esperemos que  no, que no haya almas que vayan ahí, porque no se desea lo que uno no quiere para sí mismo.





Es imposible que es escapen lo seres humanos de la Ley de Dios, pues hasta en las leyes humanas se ve reflejada la Ley de Yahvé: no matar, no a la bigamia (la mujer de tu prójimo puede ser un ejemplo, no al adulterio), no hurtar, etc. Por eso satanás hizo que las bobas que se siente "empoderadas" soliciten que la ley del hombre acepte el aborto, pero eso no lo va a eliminar de la ira de Dios.




Aquí es donde aplica el "Ignorantia juris non excusat", es decir, "el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento". Así con Dios, que en la tierra te hayan concedido tu capricho, con Dios no te eximirá. 

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